Día (a)Normal

6:30 a.m. El despertador del celular me hace saltar de la cama, mientras escucho a Cerati como timbre de alarma. El día de ayer había sido agotador, trabajo, trabajo, trabajo; había tenido operativo con la fundación y el haber levantado sola perros de 25 kilos y más me traía problemas a la espalda.
Casi inconciente tome mi toalla de la pieza, fui a la cocina, prendí el calefont y me metí a la ducha. No pensaba mucho, de hecho mi rutina diaria es totalmente automatizada. Me seco el pelo, me visto para un día lunes de universidad, mi clase comienza a las 8:30, una entretenida clase de microbiología, me gusta el ramo, pero no me gusta tener que levantarme tan temprano.
Plancho los uniformes del trabajo de mi mamá y del colegio de mi hermano, reviso lo que hay en el refrigerador y saco un yogurth de papaya, tomo mi mochila, mi pase, el celular, el mp4 y las llaves y me encamino al paradero.

Mis mañanas no tienen nada de novedoso, más allá de encontrarme con las golondrinas al paso o ver al perro café de la esquina escondido en su casa. Adelanto la pista del mp4 y cruzo Diego de Almagro, de repente y sin haberme dado cuenta un auto frena seco frente mio, sentí un ligero dolor por el golpe en mi pierna, pero seguí caminando.
Llego al paradero, veo venir el micro, pero no me para. Empieza a llegar más gente, nuevamente pasa el micro y ahora si me logro subir, como siempre llena, así que me voy de pie al final del pasillo. La música de mi mp4 me tiene un poco aburrida, me pregunto por que no la cambie anoche.

El viaje se me hace eterno, entre tacos, bocinazos y frenadas bruscas. Me bajo cerca del metro Moneda y camino a mi universidad.

8.20 am. Subo al casino a comprarme un café como es tradición , pero hay una fila enorme. Desisto de querer comprarme algo y veo que en una de las mesas está un grupo de compañeros, no logro escuchar lo que hablan, pero mencionan mi nombre, tiene que ser algún otro rumor sobre el quiebre con mi ex o los problemas que he tenido. No le doy mayor importancia y bajo las escaleras.
Cuando llego a la sala, la profesora no ha llegado aún, por lo que me voy a dar una vuelta a la secretaria viendo los papeles del mural y las noticias de la facultad. Veo a la profesora hablando con la secretaria y nuevamente escucho mi nombre, me acerco para escuchar, pero dejan de hablar. Estoy en problemas nuevamente, pero da igual, a estas alturas del año solo quiero terminar de dar mis examenes y de partir.

Voy a la sala y como ha sido costumbre, me siento adelante. Una clase de antibiogramas varios y de procedimientos de laboratorio bastante interesantes. A los 15 minutos de haber empezado la clase abre la puerta mi ex y llama a mis ex-amigas, me causa molestia, ya que pensé que lo habíamos aclarado y ella no se iba a juntar más conmigo ni con las que creía eran mis amigas. Sigo poniendo atención y tomando apuntes. A los 20 minutos de haber salido entran a la sala, con la cara roja y los ojos hinchados por haber llorado. Confieso que me pareció extraño, quizás algo le paso a mis gatos. La verdad no sé. Quisiera no ponerle atención, pero no puedo, tengo rabia, pena, una mezcla de sentimientos que suben por mi garganta y quedan atorados antes de salir.
Luego de una hora de clases la profesora da paso a un break. Tomo mis cosas, saludo a Iván, un compañero metalero que siempre me saluda, pero esta vez no me devuelve el saludo. En fin, es un lunes poco agradable.
Voy al casino y me tomo un yogurth que había traido mientras me conecto a mi net y reviso un par de cosas, los 15 minutos pasan volando.
Ya de vuelta en clases, nuevamente escucho un murmuro entre mis compañeros. "¿cómo fue?" "¿a qué hora?" "Hay que suspender las clases"
Detesto no saber de que hablan, pero me da una lata enorme preguntar.
La profesora no vuelve. Pasa media hora y no se aparece. De a poco todos empiezan a salir, a bajar o ir al casino. Yo, la verdad es que no sé por que me levanté hoy.
Me voy de vuelta a mi casa, tomo una micro, escucho mi musica en el mp4. Cierro los ojos. Pienso, siento, imagino.
Me bajo de la micro camino por Hamburgo y en Diego de Almagro veo una poza de sangre, esta demarcado con cintas amarillas. Y recuerdo todo.
Hoy morí.