domingo, 8 de agosto de 2010

The last cup of coffee

Aquel café de la madrugada, no fue tan placentero como aquella noche que dormí a tu lado.

Uno de mis últimos placeres de esta vida, es el café. Creo que las mil variedades lo hacen algo irresistible.
Mis días solitarios o acompañados, tienen que partir con una taza de café, ya sea en mi casa, llegando a la universidad - ahi puede ser un café simple, o algo un poco más producido con vainilla, un latte, un mockaccino... pero de máquina-
Me mata el olor del café, las cafeterias del centro son mi nueva perdición, mientrás tenga un poco de plata, me pierdo por Lastarria y sus calles aledañas, mientrás alla wi-fi, pueda fumar y disfrutar de un café... matenme mi vida estaría completa en ese momento.
Un lugar más top que disfruto por sus variedades, las cremas, las avellanas, y sus ricos sabores es el Starbucks. Con tiempo y tranquilidad, puedo estar fácilmente más tiempo con una taza de café que con mi almuerzo.

Ahora es muy rico disfrutar del café después de una noche de sexo. Levantarse calentar agua -si tuviera una cafetera sería feliz- preparar ya sea uno simple o un cortado, me despiertas los recuerdos y vuelven a mi las imágenes de esa rica noche. Tengo una ligera fantasía, que espero algún día cumplir... jejje... mi chica se levanta en la mañana después de una noche excelente, haber salido a bailar, tomar, disfrutar y terminar en la cama... la chica me deja durmiendo y me despierto solo cuando siento ese agradable aroma del café recién preparado....

En fin. El café, un cigarro y hace un tiempo el chocolate amargo para acompañar se han transformado en mi pasión.



1 comentarios:

CIRCUITO CERRADO dijo...

Creo que el café tiene ese algo amargo que le falta a la vida sin destruirla...
sino haciéndola mas llevadera...
buen escrito, un beso.

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domingo, 8 de agosto de 2010

The last cup of coffee

Aquel café de la madrugada, no fue tan placentero como aquella noche que dormí a tu lado.

Uno de mis últimos placeres de esta vida, es el café. Creo que las mil variedades lo hacen algo irresistible.
Mis días solitarios o acompañados, tienen que partir con una taza de café, ya sea en mi casa, llegando a la universidad - ahi puede ser un café simple, o algo un poco más producido con vainilla, un latte, un mockaccino... pero de máquina-
Me mata el olor del café, las cafeterias del centro son mi nueva perdición, mientrás tenga un poco de plata, me pierdo por Lastarria y sus calles aledañas, mientrás alla wi-fi, pueda fumar y disfrutar de un café... matenme mi vida estaría completa en ese momento.
Un lugar más top que disfruto por sus variedades, las cremas, las avellanas, y sus ricos sabores es el Starbucks. Con tiempo y tranquilidad, puedo estar fácilmente más tiempo con una taza de café que con mi almuerzo.

Ahora es muy rico disfrutar del café después de una noche de sexo. Levantarse calentar agua -si tuviera una cafetera sería feliz- preparar ya sea uno simple o un cortado, me despiertas los recuerdos y vuelven a mi las imágenes de esa rica noche. Tengo una ligera fantasía, que espero algún día cumplir... jejje... mi chica se levanta en la mañana después de una noche excelente, haber salido a bailar, tomar, disfrutar y terminar en la cama... la chica me deja durmiendo y me despierto solo cuando siento ese agradable aroma del café recién preparado....

En fin. El café, un cigarro y hace un tiempo el chocolate amargo para acompañar se han transformado en mi pasión.



1 comentario:

  1. Creo que el café tiene ese algo amargo que le falta a la vida sin destruirla...
    sino haciéndola mas llevadera...
    buen escrito, un beso.

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