sábado, 5 de marzo de 2011

Extraña

L'amitié après l'amour n'existe pas

Hoy me desperté cerca de mediodía, se podría decir que es prácticamente el último día en que podré disfrutar el levantarme cerca de esa hora -y realmente lo disfrute-. Desde el lunes que estoy sin pega en la clínica y me he dedicado a relajarme estos días y a estar con mi Schimmy y mi Chica.
Lo primero que hice fue llamar a mi ex para saber si me iba a poder acompañar a la fisioterapia de mi gato. Su respuesta me molesto algo, ya que nuevamente me di cuenta de que sólo ella puede contar conmigo y yo cuando necesite de alguien, la última persona con la que debería contar sería con ella. Da igual. No fue una buena forma de despertar. Fui al baño, me lave la cara, me cepille los dientes y me peine el desastre de nido de pájaros que tengo por pelo. Me hice una cola y fui a la cocina a poner el hervidor. Se venía el primer café del día. Lo serví cargado y negro. Con la taza me fui a la cama otra vez.
Prendí el televisor, dejándolo en cualquier cosa sin interés. Llamé a Daniela, una amiga que estoy conociendo hace poco, hablamos como 5 minutos y antes de terminar me dice: "algo te pasa... hoy estas como extraña"... EXTRAÑA... sí, creo que no es primera vez que me lo dicen y la verdad es que sí, me siento demasiado extraña últimamente.

No sé si me siento así por que prontamente entraré a clases y volveré a ver a mi ex todos los días -prácticamente- o por qué veré a quienes se decían amigas -y que para rematar están en la misma sección de los ramos que tomé- o por qué este año siento una presión adicional... o simplemente por qué no sé que vaya a pasar con mi gato -no sé si valdrá la pena gastar el dineral que gastaré en él... o de optar por lo sano... pero no quiero quedarme después con la sensación de que no hice nada y de "podría haber sido"...- Cuando lo pienso me doy cuenta de que son muchas razones para que una persona que estoy conociendo hace poco más de un mes me diga que me siente extraña.
Me quedé un rato pensando en Daniela. La verdad es que nos llevamos super bien, pero es raro... extraño, otra vez... cada vez que alguien logra interesarme un poco y se muestra cercana a mi o demuestra algo de preocupación, huyo lo más rápido que pueda y empiezo a tratar con puras evasivas... me escondo en la asquerosa persona que puedo llegar a ser. No es primera vez que pasa. Con Francesca pasó lo mismo -aunque nuestra relación hoy es bastante extraña-. Lo mismo pasó con Gisselle... -de ella hace mucho que no sé nada-. Es extraño. Soy extraña. 

La tarde paso y comí un trozo de melón que estaba en el refrigerador. No tenía muchas ganas de ir a ducharme aún, aunque el calor me estaba matando. Vi un par de programas, terminé de pintar mis uñas de morado. Cepille a mi gato. Cambie las sábanas de mi cama. Y cerca de las 4:30 me fui a duchar. Me encanta el agua, amo ducharme, pero odio el baño del departamento de mi mamá. 
Me vestí y fui a girar la plata para pagar la evaluación de fisioterapia de mi gato. Eran 28.000 que tendría que gastar -en un principio, ya que ahora son 160.000 por 10 sesiones-. Es todo un tema lo que se viene con mi gato, pero prefiero no pensar en nada y agotar las últimas instancias, por último si nada resulta, lo único de lo que me arrepentiré haber sido de gastar plata -que quizás en estos momentos no se de donde conseguir... pero algo se verá-. Me siento algo sola en esta batalla y siento que al fin del camino el destino será el mismo: Amputar la pata de mi gato.
Pasado las 6 me llama mi ex, le devuelvo el llamado y me dice que podrá acompañarme, que viene en camino. La verdad es que me sentí bien. No quería ir sola. No sabía a que atenerme con toda la evaluación, ya que sabía que se vería que tan probable es que recupere la movilidad. Mi mamá saldría tarde de la oficina y mis hermanos salieron, Luisa y Sergio estaban fuera de Santiago y la verdad es que cero animo de ir sola. Llegué a las 6:30 y tuve que esperar casi una hora para que me atendieran. A los minutos de haber llegado aparece mi ex. Conversamos y me aclaro que su pareja no quiere que nos juntemos nunca más. Nuevamente me sentí extraña, sigo con esa sensación que hizo que en diciembre mandáramos todo a la mierda y maldijéramos habernos conocido, siento que tengo que estar siempre que ella quiera y aguantar que me busqué cuando pelean, tener que escucharla, lamentarse, tratar de darle animo, apoyarla a que solucione sus problemas y yo me quedo en el silencio absoluto, sin nadie que escuche y me diga algo al respecto de porque soy lo extraña que soy, por qué huyo de la gente. En fin. Como dice una canción que me gusta... Yo no puedo jugar a ser Dios… Y estar cuando quieras…
Al terminar la evaluación y quedar descompensada por la cantidad de plata que aún me queda por gastar en mi gato, mi ex se fue en micro, si cruzar muchas palabras y yo me fui en taxi. Me quede con esa rara sensación de tener que estar sola... sola... sola... y de que siempre se aprovecharan de mi por que no se decir que no en muchas cosas y siempre, para todo el mundo, tengo que estar ahí... 
A la conclusión que llegué es que: L'amitié après l'amour n'existe pas



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sábado, 5 de marzo de 2011

Extraña

L'amitié après l'amour n'existe pas

Hoy me desperté cerca de mediodía, se podría decir que es prácticamente el último día en que podré disfrutar el levantarme cerca de esa hora -y realmente lo disfrute-. Desde el lunes que estoy sin pega en la clínica y me he dedicado a relajarme estos días y a estar con mi Schimmy y mi Chica.
Lo primero que hice fue llamar a mi ex para saber si me iba a poder acompañar a la fisioterapia de mi gato. Su respuesta me molesto algo, ya que nuevamente me di cuenta de que sólo ella puede contar conmigo y yo cuando necesite de alguien, la última persona con la que debería contar sería con ella. Da igual. No fue una buena forma de despertar. Fui al baño, me lave la cara, me cepille los dientes y me peine el desastre de nido de pájaros que tengo por pelo. Me hice una cola y fui a la cocina a poner el hervidor. Se venía el primer café del día. Lo serví cargado y negro. Con la taza me fui a la cama otra vez.
Prendí el televisor, dejándolo en cualquier cosa sin interés. Llamé a Daniela, una amiga que estoy conociendo hace poco, hablamos como 5 minutos y antes de terminar me dice: "algo te pasa... hoy estas como extraña"... EXTRAÑA... sí, creo que no es primera vez que me lo dicen y la verdad es que sí, me siento demasiado extraña últimamente.

No sé si me siento así por que prontamente entraré a clases y volveré a ver a mi ex todos los días -prácticamente- o por qué veré a quienes se decían amigas -y que para rematar están en la misma sección de los ramos que tomé- o por qué este año siento una presión adicional... o simplemente por qué no sé que vaya a pasar con mi gato -no sé si valdrá la pena gastar el dineral que gastaré en él... o de optar por lo sano... pero no quiero quedarme después con la sensación de que no hice nada y de "podría haber sido"...- Cuando lo pienso me doy cuenta de que son muchas razones para que una persona que estoy conociendo hace poco más de un mes me diga que me siente extraña.
Me quedé un rato pensando en Daniela. La verdad es que nos llevamos super bien, pero es raro... extraño, otra vez... cada vez que alguien logra interesarme un poco y se muestra cercana a mi o demuestra algo de preocupación, huyo lo más rápido que pueda y empiezo a tratar con puras evasivas... me escondo en la asquerosa persona que puedo llegar a ser. No es primera vez que pasa. Con Francesca pasó lo mismo -aunque nuestra relación hoy es bastante extraña-. Lo mismo pasó con Gisselle... -de ella hace mucho que no sé nada-. Es extraño. Soy extraña. 

La tarde paso y comí un trozo de melón que estaba en el refrigerador. No tenía muchas ganas de ir a ducharme aún, aunque el calor me estaba matando. Vi un par de programas, terminé de pintar mis uñas de morado. Cepille a mi gato. Cambie las sábanas de mi cama. Y cerca de las 4:30 me fui a duchar. Me encanta el agua, amo ducharme, pero odio el baño del departamento de mi mamá. 
Me vestí y fui a girar la plata para pagar la evaluación de fisioterapia de mi gato. Eran 28.000 que tendría que gastar -en un principio, ya que ahora son 160.000 por 10 sesiones-. Es todo un tema lo que se viene con mi gato, pero prefiero no pensar en nada y agotar las últimas instancias, por último si nada resulta, lo único de lo que me arrepentiré haber sido de gastar plata -que quizás en estos momentos no se de donde conseguir... pero algo se verá-. Me siento algo sola en esta batalla y siento que al fin del camino el destino será el mismo: Amputar la pata de mi gato.
Pasado las 6 me llama mi ex, le devuelvo el llamado y me dice que podrá acompañarme, que viene en camino. La verdad es que me sentí bien. No quería ir sola. No sabía a que atenerme con toda la evaluación, ya que sabía que se vería que tan probable es que recupere la movilidad. Mi mamá saldría tarde de la oficina y mis hermanos salieron, Luisa y Sergio estaban fuera de Santiago y la verdad es que cero animo de ir sola. Llegué a las 6:30 y tuve que esperar casi una hora para que me atendieran. A los minutos de haber llegado aparece mi ex. Conversamos y me aclaro que su pareja no quiere que nos juntemos nunca más. Nuevamente me sentí extraña, sigo con esa sensación que hizo que en diciembre mandáramos todo a la mierda y maldijéramos habernos conocido, siento que tengo que estar siempre que ella quiera y aguantar que me busqué cuando pelean, tener que escucharla, lamentarse, tratar de darle animo, apoyarla a que solucione sus problemas y yo me quedo en el silencio absoluto, sin nadie que escuche y me diga algo al respecto de porque soy lo extraña que soy, por qué huyo de la gente. En fin. Como dice una canción que me gusta... Yo no puedo jugar a ser Dios… Y estar cuando quieras…
Al terminar la evaluación y quedar descompensada por la cantidad de plata que aún me queda por gastar en mi gato, mi ex se fue en micro, si cruzar muchas palabras y yo me fui en taxi. Me quede con esa rara sensación de tener que estar sola... sola... sola... y de que siempre se aprovecharan de mi por que no se decir que no en muchas cosas y siempre, para todo el mundo, tengo que estar ahí... 
A la conclusión que llegué es que: L'amitié après l'amour n'existe pas



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